Otra vez aquí —dijo la abuela—. Ven.
Cada vez que soñaba la abuela me llevaba por la casa, señalaba las puertas de los cuartos y decía: "Aquí vive tu bisabuelo, aquí tu hermano José, aquí Salvico, aquí..." Y así, en cada sueño, la casa crecía con los cuartos de mis antepasados.
Alguna vez pregunté por uno de los nombres y la abuela me dijo: "Es el bisabuelo de tu abuelo".
Esta noche recorrimos la casa entera, repasamos los nombres y llegamos a un cuarto nuevo. Miré a la abuela. Me dijo: "Este es tu cuarto".
Harold Kremer, El Combate, Deriva Ediciones, 2004
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