Un apuesto joven llama a la puerta y le pide que se calce la más hermosa de las zapatillas. En cuanto observa que esta se ajusta al pie perfectamente, la toma del brazo al mismo tiempo que le dice:
—Queda usted arrestada, esta zapatilla fue hallada en la escena del crimen.
Javier Quiroga, El libro de la imaginación, 1970.
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