Ayer compré un dron ultraligero con una estupenda cámara de 300.000 píxeles. Estaba aprendiendo a manejarlo en la salita y de pronto quedó suspendido en el aire, sin atender a los mandos, emitiendo un zumbido inquisitivo frente a la jaula del canario. A continuación realizó un looping nervioso y volando en barrena la emprendió iracundo contra las figuritas de Murano, la televisión de plasma e incluso aquel jarrón chino que nos había regalado mi suegra. "Seguro que tiene un virus", estaba yo especulando cuando enfiló furiosamente hacia mi señora y tuvimos que parapetarnos con urgencia tras la butaca. El dron, visiblemente ofendido, giró sus hélices con reprobación y nos tomó un par de fotografías acusadoras, de frente y de perfil. Después cruzó la estancia ejecutando algunas acrobacias victoriosas, remontó el vuelo hacia la jaula y extrajo un pequeño gancho de su tripa metálica para abrirle la portezuela a Panchito. Ambos huyeron juntos por la ventana abierta, a velocidad de crucero, revoloteando felices entre jubilosos trinos y alborozados pitidos bajo la luz dorada de una maravillosa puesta de sol. Yo no hubiera estado tan disconforme con aquel cinematográfico desenlace, pero mi mujer prefirió el de siempre:
—Ya te lo dije yo.
Seguro que el Dron no era hermano de Panchito?. Tengo mis dudas. Como siempre hermoso e inesperado final para tal relato. Bicos.
ResponderEliminarmmmm pues ahora yo también empiezo a dudarlo. Quizás era una evolución pájaro-máquina que procedía del futuro!. Sí, seguro que lo era. Besitos, Tigu!
EliminarBuenísima estampa y muy acertado el título.
ResponderEliminarMe gustó mucho ese dron liberador que rompe con la imagen de la tecnología fría.
Abrazos a pares.
Abrazos, Lola, son cosas que imagina una de pueblo : ), a la que todavía cuesta un mundo terminar un formateado. ¡Muchos besos, guapa!
EliminarEl dron y el canario tenían más amor por la libertad que sus propietari@s...
ResponderEliminarUn cuento estupendo, construyes armonía con el choque de contrastes, y encima lo haces ameno.
Enhorabuena por tu imaginación y buen hacer literario :-)
Un abrazo.
Tú sí que eres un máquina, Ximo. Enganchada estoy a lo tuyo. Abrazos!
EliminarUn cuento que esboza sonrisas... me he imaginado a ese pajarito feliz revoloteando con su nuevo amigo dron... ;)
ResponderEliminarAbrazos
A mí también me hizo gracia la imagen, debemos de tener un sentido del humor parecido : ). ¡Un abrazo, Ángeles, gracias por pasarte!
EliminarUn dron con muy buenos sentimientos, Luz, ya no miraré a esos bichejos tecnológicos con tanto recelo...Enhorabuena por la publicación y por este nido tan maravilloso. Un abrazo!
ResponderEliminarMaría, muchas gracias por pasarte, me encanta lo que haces y además es una visita internacional : ). Acabo de empapelar jeje (o sea, nuevo look para el blog) con un aire más naif. A ver cuánto duro con este, me gusta cambiar, un besazo!
EliminarMe ha encantado el relato, original, divertido, con un estilo vivo .
ResponderEliminarun abrazo.
Muchas gracias, Mariola, sí fue un divertimento sin más pretensiones. Un abrazo!
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