¡Gracias, Yadira! Ya ves, últimamente estoy muy atada en corto : ). Es verdad lo de la ilustración, va toda presumida la maestrita, sabiendo que en realidad es una encantadora de niños.
La de mi parvulario era una profesora bastante mala, Serge, nos castigaba mucho, pero he visto a otras que son como esta, sin alzar ni un poquito la voz y con una sonrisa en el rostro los dejan suavitos suavitos...¡Gracias por pasarte, amigo!
Precioso.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegro de que te guste, Sara. Ojalá supiera ilustrarlos yo misma como haces tú, qué envidia más mala! : )
ResponderEliminarMuchos abrazos.
¡Muy bonito! Qué bien transmites esa sensación infantil de embeleso. Y el dibujo le acompaña muy bien. Besote, amiga :)
ResponderEliminarSentí esa brisa por mi rostro. Un bonito cuento con el aire de una inocencia pura.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
¡Gracias, Yadira! Ya ves, últimamente estoy muy atada en corto : ). Es verdad lo de la ilustración, va toda presumida la maestrita, sabiendo que en realidad es una encantadora de niños.
ResponderEliminarUn besazo, guapa.
La de mi parvulario era una profesora bastante mala, Serge, nos castigaba mucho, pero he visto a otras que son como esta, sin alzar ni un poquito la voz y con una sonrisa en el rostro los dejan suavitos suavitos...¡Gracias por pasarte, amigo!
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